Esta
semana fui a conocer una de las recién nombradas Áreas Naturales Protegidas de
El Salvador, El Balsamar, es un bosque muy interesante, son alrededor de 40 hectáreas
de un bosque húmedo de la cordillera del Bálsamo. Comenzamos el día en llegando
a la sede de la Fundación Gaia, quienes co-administran esta área, en este lugar
tienen un perro muy viejo, un gallo que les regaló una vecina y un micoleón (Potos
flavus
) que le decomisaron a alguien que vive cerca del ANP, ahora una
mascota más. Fuimos con ellos por la carretera que conduce a Sonsonate,
luego nos desviamos a San Julián, un pueblo interesante, de los que reflejan el
carácter del interior de El Salvador, de ahí por la carretera que conduce a
Santa Isabel Ishuatán, luego el desvío a Cuisnahuat, hasta llegar a la finca El
Balsamar.

En esta finca se dedican al cultivo del café de sombra, esta la proveen unos
árboles típicos de la zona, el bálsamo, también se dedican a la extracción de
esencia de bálsamo. En el caso de la hacienda, de más de 100 años, se pueden
ver el método artesanal de la extracción del bálsamo, lo cual impregna toda la
zona de ese delicioso olor. Ahí en el caso de la hacienda se encuentra la
entrada al ANP El Balsamar. Es un área boscosa con un par de ríos muy
interesantes. El dosel del bosque es de al rededor de unos 30 a 35 metros, por
lo que se ven ya árboles imponentes, tiene un sotobosque variado y sobre todo
mucha presencia de lianas. Comenzamos a caminar hasta llegar al lindero norte.
Esta travesía es interesante y hay que atravesar uno de los ríos, lo cual lo
hace más agradable. Se puede observar muchas aves, la verdad me llamo la
atención un pequeño halcón que observamos. Los mamíferos en esta pequeña área
son escasos, pero con más cuidado y protección seguramente se irá recuperando
la zona.

Encontramos luego algunos parches de cactus, unas cuevas muy interesantes, pero
sobre todo una impresionante cascada, más de 70 metro de altura de caída
completamente vertical, mirando hacia el valle que forma el río y luego el mar,
la imponente costa pacífica de El Salvador. Un lugar especial donde se puede
sentir la magia del bosque y la pequeñez de los seres humanos en el gran
contexto de la naturaleza. Luego de ver esta maravilla natural, nos dirigimos
de regreso, observando más muestras de la vida en la zona, más mariposas de múltiples
colores, ranas en el río, pequeños peces, hasta tortugas. Llegamos ya en la
tarde de regreso al casco de la hacienda, donde pudimos platicar con la gente
de la zona, los cuales parecen muy interesados en la conservación de la zona.
Este es un lugar que vale la pena conocer. Nos fuimos con la promesa de
regresar pronto y de tratar de ayudar en la conservación de este pequeño
bosque.

Gracias por haberme invitado, por hacerme conocer un lugar impresionante y de
disfrutar de buenas vibras y buena compañía, los invito a ustedes a que conozcan
este bosque.

Hasta el próximo viaje.

P.D. Prometo no olvidar mi cámara la siguiente vez.