With great commitment this day I have been confirmed for four more years as a member of Commission Member – IUCN WCPA Caribbean and Central America 2021-2025
Commission Member – IUCN WCPA Marine: Network 2021-2025
Commission Member – IUCN WCPA Privately Protected Areas and Nature Stewardship: Network 2021-2025
Commission Member – IUCN WCPA High Seas: Network 2021-2025
Category: Areas Protegidas
Publicado Originalmente en 10 de noviembre de 2020 en El Diario de Hoy
Para generar estrategias de sostenibilidad en el sector público y privado se necesita de inversión, financiación o de recursos económicos. Por ello, en la Cumbre de la Tierra (Brasil, 1992) se crearon los Fondos Ambientales (FA). Se trata de organizaciones manejadas como mecanismos financieros que complementan las acciones del Gobierno para fomentar el trabajo sostenible en las empresas y así velar por el medio ambiente.
Existen muchas finalidades de los fondos; por ejemplo, en Costa Rica uno de los fondos más exitoso que existe es FONAFIFO, el cual administra un sistema de pago y cobro por servicios ambientales desde hace décadas y ha traído dos contribuciones esenciales en del desarrollo del país. Lo primero aumentó la cobertura y la gestión efectiva de la red de áreas protegidas. Lo segundo, ha permitido ser uno de los bastiones principales en la creciente conversión de más industrias carbono neutral, sin la existencia del fondo la transición sería mucho más complicada.
En El Salvador tenemos dos fondos ambientales, uno creado por ley de medio ambiente (FONAES) y otro creado por un “canje de deuda por naturaleza” del gobierno de los Estados Unidos (FIAES). Ambas instituciones han tenido sus más y sus menos; algunas administraciones las transformaron en un barril sin fondo de atracción de compensación ambiental, otras las convirtieron un una fina herramienta de desarrollo rural y un breve período fueron el bastión de la política de áreas protegidas del país.
Hace unos días me topé con la agradable noticia de que me nombraron como representante del sector de Bosques Tropicales en el Consejo Administrativo del FIAES. El proceso de nombramiento es un tanto complicado, porque pasa por votación de los representantes de cada uno de los sectores, más revisión y chequeo de parte de los representantes del Gobierno de El Salvador y Estados Unidos, para al final aterrizar en una propuesta de representantes. Me acompañarán en el Consejo Administrativo grandes personas a quienes admiro mucho por su profesionalismo y dedicación a la conservación de la naturaleza. Esperamos juntos poder darle un enfoque en los aspectos más importantes para el país.
Sin duda desde mi lado, como miembro del Consejo Mundial de Áreas Protegidas, ese será uno de mis mayores intereses y segundo como representante del sector privado daré mucho énfasis en el involucramiento del sector; vamos a ver cómo hacemos que sus inversiones en compensación ambiental se vean reflejadas en compromisos de largo plazo para mejorar la sostenibilidad de su inversión y los entornos donde estas se sitúan.
Al final de cuentas, queremos aportar como siempre en brindar transparencia, rendición de cuentas y una profunda convicción en la sostenibilidad de El Salvador. Los fondos ambientales son un excelente vehículo para la definición y cumplimiento de metas de largo plazo. Vamos a reexaminar y conjuntar las visiones de todos para poder construir un El Salvador sostenible.
Rodrigo Samayoa Valiente es un profesional en sostenibilidad empresarial. Consultor/Speaker en Sostenibilidad ambiental y Gobernanza corporativa. Puedes encontrar más información del autor en http://samayoavaliente.com/
Publicado originalmente en El Diario de Hoy el 6 de agosto de 2019
En 2002 encontramos las primeras huellas de puma en Río Sapo. Ahora, 17 años después, hemos logrado fotografías de un ejemplar, corroborando lo que ya nos decían los lugareños. Río Sapo queda en El Salvador, es un área de naturaleza completamente extraordinaria, la habitan cuches de montes, tigrillos, osos hormigueros, venados, aves majestuosas como el rey zope. Es hábitat del lagarto espinoso (en peligro a nivel mundial), en sus ríos sobrevive la nutria, las montañas están poblados con pinos del Caribe (un ecosistema único en El Salvador) y además de todas estas maravillas tiene una historia cultural intensa.
Estas 6000 hectáreas del norte de Morazán incluyen el área natural protegida de La Ermita, pero además muchas tierras privadas. Sus pobladores en el 2004 detuvieron un intento de hacer una presa en el río, en el 2006 detuvieron un intento de tala masiva en la cuenca alta, en el 2010 detuvieron un nuevo intento de presa. En la actualidad, solo por medidas cautelares del juzgado ambiental, se han logrado detener o otros dos intentos de represamiento. Durante años la comunidad se organizó para la protección del río, pero han recibido poco o nulo apoyo.
A principios de siglo logramos obtener algo de apoyo de parte del Gobierno y unos años más tarde de FIAES. Pero entre 2009 y 2019 ese apoyo se fue perdiendo. El dinamismo de la comunidad también se está perdiendo; se comenzó a plagar de turismo desorganizado, ruidoso y sucio. El río emblema de El Salvador se ha perdido… por suerte, no totalmente.
Este año un esfuerzo conjunto entre Fundación Naturaleza El Salvador y Asociación Territorios Vivos, con el apoyo de Biosistemas Network, ha logrado documentar, con el apoyo de propietarios y líderes comunitarios) mediante trampas cámara mucha de la fauna que desde hace años sabemos que existe en el lugar y más que eso han lanzado la campaña: “S.O.S. Río Sapo” (www.salvemosriosapo.org). Esto sería algo histórico y único para El Salvador, si logramos la primera entidad de custodia del territorio.
Río Sapo, además de sus maravillas naturales, fue cuna de un movimiento local que buscaba conservar su área; es un grupo de propietarios privados que decidieron que lo mejor que podían hacer con sus tierras era conservar, uno que otro ha fallado en esa tarea. Por eso necesitan nuestro apoyo para garantizar el apego a la idea original del grupo. Este grupo de propietarios sumados al ANP han sido presentados a nivel mundial como un ejemplo de éxito, pero 10 años de políticas fallidas en materia de áreas protegidas lo han dejado vulnerable, debilitado y fragmentado.
Tanto es así que las fiestas con bocinas a alto volumen ya son unas actividades que a veces pasan dentro del área, las calles de acceso, los nuevos potreros, la cacería están creciendo, hasta hay un proyecto de iluminación que terminaría de vulnerar lo que tanto ha costado conservar, los actores locales ya se están movilizando en contra del proyecto de energía eléctrica. Cualquiera pudiera decir que están en contra del progreso, el tema es que se ha hecho sin estudios, sin consensos y vulnerando uno de los ecosistemas más importantes del país y para llevar electricidad a UNA propiedad que curiosamente tiene vínculos con algunas autoridades locales. Y aunque eso fuera casualidad y no fuera esta la razón, es demasiado sospechoso y merece tener una debate franco y abierto.
Necesitamos que el Estado retome su papel en la conservación de áreas protegidas y necesitamos que uno de los ecosistemas más importante del país se conserve. ¿Le apostamos a Río Sapo? #SOSRíosLimpios #SOSRíoSapo.
Rodrigo Samayoa Valiente es un profesional en sostenibilidad empresarial. Consultor/Speaker en Sostenibilidad ambiental y Gobernanza corporativa. Puedes encontrar más información del autor en http://samayoavaliente.com/
Las áreas naturales protegidas no son en sí una línea de pensamiento distinto a la biología de la conservación o la ecología de la conservación. Pero son una aplicación directa de acciones de conservación sobre el territorio; así es importante la reflexión de lo que son. Las áreas naturales protegidas representaron, a principios del siglo XX una aspiración romántica. A raíz de la Revolución Francesa y de la revolución industria, debido a la degradación y sobre utilización de los recursos naturales, se comenzó a dar más importancia a la conservación de las mismas; las formas y actuación han cambiado a lo largo del tiempo. Así que para entender las áreas naturales protegidas es necesario entender las raíces históricas de la conservación.
Entendemos por conservación “un esfuerzo deliberado por evitar una degradación excesiva de los ecosistemas” (Margaleff, 1977), y le agregamos el concepto de Nueva Delhi, conservación: “uso sensato o juicioso de los recursos de la tierra” (UICN, 1969). Dentro de estos dos principios, podemos enmarcar las tendencias de la conservación actual, que se desenvuelven por dos ramas: una se centra los esfuerzos de conservación (como las áreas naturales protegidas) y otro, por el uso racional de los recursos (agricultura sostenible). Así, pasemos a examinar los primeros esfuerzos de conservación y sus motivaciones.
Los primeros modelos de conservación (preservación) se basaron en las características paisajísticas de los lugares, siendo las áreas naturales protegidas la primera forma de conservación. Las primeras formas de conservación del territorio fueron el Parque Nacional de Yellowstone y el “Central Park” de Nueva York. Así como algunos de los jardines franceses de finales del siglo XIX. El “Central Park” y los jardines franceses se crearon para mostrar las especies de otras partes del mundo, así se convertirán en precursores de los primeros jardines botánicos.
Por otra parte, Yellowstone es el primer territorio que se declaró oficialmente como Parque Nacional en 1872. Este parque se creó con el fin de preservar la naturaleza tal cual estaba presente en ese momento. Por esto, se expulso a toda la población indígena residente. Así mismo se dijo que tenía que ser “para el uso y disfrute del pueblo” (Sellers, 1977). Esta idea persevera hasta nuestros días en muchas áreas protegidas del planeta, y es el concepto fundamental detrás de la idea de parque nacional: un lugar en el cual la población puede apreciar las bellezas paisajísticas de la naturaleza, el cual no puede ser utilizado más que para la recreación.
Otro modelo interesante de comentar son las áreas naturales protegidas mediterráneas, en especial el modelo español, debido a la influencia que tiene este en América Latina. La idea de área natural protegida en España, así como en muchos de los países europeos, tiene tres raíces fundamentales que van a dar origen a algunos de los sistemas de conservación actuales. El interés de la realeza y aristocracia europea por la cacería fue uno de los motores fundamentales para declarar algunas áreas (cotos) de uso especial para ese propósito. Al mismo tiempo, los Ingenieros de montes, también han tenido especial interés para el desarrollo de áreas de especial uso, en este caso, con fines de explotación forestal. Grupos de naturalistas, geólogos, excursionistas y pedagogos han utilizado partes del territorio con fines de educación, y han exigido la preservación de los recursos tal cual están en el momento en que lo han conocido (Casado, 2000). Todas estas presiones han servido de insumos para que, en 1916, se creara la primera ley de Parques Nacionales de España y en 1918 se declarara el primer parque nacional, el de Covadonga (ahora Parque nacional de Picos de Europa).
Actualmente, son reconocidos numerosos bienes y servicios ligados a la naturalidad o seminaturalidad de los ecosistemas, así las áreas naturales protegidas contribuyen al bienestar de la sociedad. Entre otros, pueden destacarse el mantenimiento de la diversidad biológica y de la calidad del paisaje, la regulación hídrica y de los ciclos de nutrientes, la producción del suelo, la protección de catástrofes naturales y la provisión de lugares de recreo, educación, ciencia y cultura.
Algunos de las peores presunciones que se pueden hacer es pensar que las áreas naturales protegidas están aisladas del medio que los rodea. Por lo tanto, no podemos seguir pensando que al delimitar en un mapa un área natural protegida ya se ha garantizado su protección, aun trabajando y tratando de preservar todos los recursos tal cual están dentro del área no va a garantizar su protección. La trama territorial es más complicada y extensa que los núcleos que llamamos áreas naturales protegidas. Las nuevas ideas sobre áreas naturales protegidas son más extensas que los límites de una determinada área, tienen que ser concepciones territoriales integrales (Gomez-Limón et al., 2000).Los esfuerzos económicos, humanos y el soporte legislativo desarrollado en muchos de los países expresan la voluntad de conservación de la naturaleza. Cabe esperar que en las áreas naturales protegidas se cuiden con especial énfasis los valores ambientales, pero sin dejar de lado los beneficios sociales y económicos de las poblaciones vecinas.
Las áreas naturales protegidas constituyen herramientas eficaces para alcanzar los objetivos primarios de conservación que una nación se haya trazado; adecuadamente conservadas contribuyen de manera significativa a la protección y conservación de la diversidad natural. Al estar bien planificadas, administradas e implementadas generan beneficios biológicos y ecológicos al proteger especies vegetales y animales reguladoras del medio ambiente; generan beneficios económicos directos e indirectos y protegen los valores naturales y culturales más relevantes.
Entonces, ¿Qué es un área natural protegida? Como hemos visto existen muchas influencias y razones precursoras de la idea de las áreas protegidos. Pero fue a partir de las primeras reuniones (Seattle 1962, Yellowstone 1972 y Bali 1982) que se sentaron las bases para crear la definición actual de área protegida, pero esta fue aprobada hasta el IV Congreso de parques, Caracas 1992, “Parques para la vida”. Además en esta reunión se discutieron conceptos como “categorías de manejo”, “corredores” y “participación”. Además de los documentos obtenidos del IV Congreso mundial de parques, la cumbre de la tierra, Rio 1992, da origen a un convenio llamado de Diversidad Biológica, en dicho convenio en el Art. 8 sobre la conservación in situ obliga a las partes firmantes a “…establecer un sistema de espacios protegidos que garantice la conservación de la diversidad biológica…” (Convenio sobre Diversidad Biológica, 1992), además da una serie de lineamientos que van a nutrir el concepto actual de área protegida. Entonces un área natural protegida es: “Una zona de tierra y/o mar especialmente dedicada a la protección y mantenimiento de la diversidad biológica y de los recursos naturales y culturales asociados y gestionada legalmente o por otros medios eficaces” (Europarc y UICN, 1999)
En pasado V Congreso de parques, Durban 2003, “Beneficios más allá de las fronteras”, el Acuerdo de Durbán reafirma la línea de acción que se ha venido realizando, pero advierte que hay un nuevo paradigma al cual nos tenemos que mover, hacia un comanejo de los espacios protegidos, una gestión descentralizada, en donde existan redes y no islas de conservación, el paradigma de la restauración y la facilitación de procesos.
A la fecha estamos con avances dispersos frente a Durban, y nos comenzamos a preparar para el congreso de Australia 2014; se prevé ya un énfasis en el establecimiento de áreas marinas protegidas, ya que es el vacio más importante que la red mundial de áreas protegidas tiene en este momento.
En El Salvador actualmente con la nueva política de medio ambiente, tiene un enfoque más integral, el Programa Nacional de Restauración de Ecosistemas y Paisajes es un buen inicio, el único tema será ver si la posible dispersión de actividades podrá tener el beneficio deseado o tendrá un descuido a las joyas de la corona (áreas naturales protegidas). Si los recursos y la dirección son adecuadas este es un buen inicio para El Salvador. Así mismo el esfuerzo de Zonificación Ambiental, sobre todo el esfuerzo que se realizó en el Gran San Salvador y que se realizará en la Zona Costera será muy importante para tratar de integrar en el territorio esas distintas herramientas que hemos discutido en esta serie de cuatro artículos.
Las áreas naturales protegidas y su enfoque en el territorio son probablemente la herramienta más importante que tenemos en la actualidad para integrar la biología y ecología de la conservación, así como para integrar a los instrumentos de planificación con los de conservación. Es importante recordar que el enfoque de áreas protegidas no se termina en sus fronteras, el éxito de la conservación dependerá de poder integrar en una trama territorial los distintos enfoques del desarrollo sustentable.
Rodrigo Samayoa Valiente es un profesional en sostenibilidad empresarial. Consultor/Speaker en Sostenibilidad ambiental y Gobernanza corporativa. Puedes encontrar más información del autor en http://samayoavaliente.com/
Esta es una nueva ciencia, la ecología de la conservación, que ha surgido a raíz de una análisis profundo sobre los resultados y actividades de la biología de la conservación en los pasados cincuenta años. Cambia el paradigma de la conservación pasando de una reflexión sobre los componentes de la biodiversidad a una reflexión sobre los procesos de la biodiversidad. Así, se incluyen las perturbaciones antropogénicas, una parte importante en al regulación de los procesos ecológicos.
La ecología de la conservación es una “línea de pensamiento y estrategia metodológica que se orienta a lograr la coexistencia entre la conservación de los procesos ecológicos esenciales, que determina la funcionalidad de los ecosistemas y el aprovechamiento sostenible de los recursos que estos ofrecen a la población local” (Junta de Andalucía, 2003).
Esta aproximación ecosistémica surge como una respuesta a la falta de éxito de muchas medidas conservacionistas basadas en principios evolutivos (biología de la conservación). Además, esta aproximación sustenta que solo mediante la protección del ecosistema entero se pueden conservar toda la diversidad biológica contenida en él (Franklin, 1993). También, se cree que esta aproximación trata de fortalecer la resiliencia de los ecosistemas haciéndolos menos vulnerables a futuras perturbaciones y así garantizando la conservación de los mismos (Walker, 1995).
La conservación de especies por especie esta destinada a desaparecer por ser inefectiva para la conservación de toda la diversidad, por los elevados costos, la poca paciencia de la sociedad para ver resultados y el conocimiento científico necesario para ejecutar las medidas de conservación deseadas (Franklin, 1993). Lambeck (1997) propone utilizar una de las herramientas de la biología de la conservación: las especies focales; para construir una aproximación multifocal a la conservación de la naturaleza. En concreto, la ecología de la conservación propone una modificación de los métodos de la biología de la conservación, pero para alcanzar el mismo objetivo, el cual es la conservación de la diversidad biológica.
El pensamiento más reciente dentro de la conservación plantea una integración de ambas perspectivas para el fortalecimiento de las medidas de conservación. Ejemplo de este tipo de trabajo lo encontramos en el trabajo de Sergio et al. (2003), en el cual plantea la integración de la conservación de Milvus migrans y la conservación de los ecosistemas eutrofizados de las lagunas pre-alpinas. La pregunta sería, sí en El Salvador tenemos algún ejemplo en que un plan de conservación de especie, por ejemplo la tortuga marina esté tomando una aproximación ecosistémica, teniendo en cuenta la función de la tortuga marina más que el elemento puntual de biodiversidad que se está conservando.
El enfoque ecosistémico es un duro salto para muchos de los conservacionistas, ya que pensar en la resilencia de los elementos de biodiversidad (ej: tortugas y manglares) es un trabajo que no se ha hecho y se piensa más en la protección del elemento basado solo en fomentar nacimientos y disminuir muertes. Habría que pensar en el efecto ecosistémico del aumento de estas natalicios; probablemente se puedan lograr restringiendo de los factores que limitan la natalidad; o la aproximación ecosistémica, viendo cuanto de esta perturbación (hasta antropogénica) el elemento o proceso acepta sin romperse (resilencia).
Rodrigo Samayoa Valiente es un profesional en sostenibilidad empresarial. Consultor/Speaker en Sostenibilidad ambiental y Gobernanza corporativa. Puedes encontrar más información de este tema en http://samayoavaliente.com/
Esta es la primera entrega de cuatro artículos de una discusión teórica sobre la conservación y la planificación. En esta primer entrega desarrollaremos el tema de la conservación y su evolución histórica para tener un marco de referencia para. Luego nos plantearemos los tres aproximaciones a la conservación más importantes de la actualidad: la biología de la conservación, la ecología de la conservación y las áreas naturales protegidas (o una aproximación desde el paisaje). En todos trataremos transversalmente la planificación como herramienta que nos permite llegar hacia procesos sustentables y conservacionistas, cuando es aplicada de manera correcta.
Planificación y Conservación
De los más de cien años de teoría y práctica de la conservación, se ha evoluciona de una estrategia pensada originalmente para preservar recursos naturales (Callicott, 1990) a las intensas preocupaciones para conservar la biodiversidad en todas sus facetas, incluyendo diversidad genética de la especie y la diversidad de la estructura y función del ecosistema (Redford y Richter, 1999). Esta evolución ha sido producida por los descubrimientos del siglo XX, que han revelado la extensa diversidad de especies, así como el intrincadas y sutiles maneras cómo los organismos interactúan entre sí y con los seres del humanos y el horror de ver la pérdida masiva de biodiversidad por el odio y avaricia humana (Ehrlich y Ehrlich, 1981; Mann y Plumer, 1995). Al final del siglo XX, el nuevo paradigma de la conservación de la biodiversidad había sido escrito, y este incluía las perspectivas genéticas, ecosistemas y del paisaje.
Simultáneamente con el incremento en el énfasis de todos los componentes de la biodiversidad, ha habido un incremento, en la escala del trabajo de conservación, típicamente por mecanismos que enfaticen entidades y no poblaciones o especies como el centro de los esfuerzos de conservación (Noss, 1991; Salwasser, 1991). Organizaciones de conservación internacionales, gubernamentales y no gubernamentales han cambiado su aproximación para centrarse mayormente en estrategias de macroescala, regional o global y estas son basadas en la conservación de entidades supra organísmicas: “hotspots” de alta diversidad de especies (Myers et al. 2000), ecorregiones con importancia global (Olson y Dinerstein, 1998), áreas con especies endémicas (Slattersfield et al. 1998) y redes continentales (Soulé y Terborgh, 1999). Estos aproximaciones buscan la conservación de los procesos ecosistémicos y la diversidad dehábitat a pesar del poco conocimiento que exista de la diversidad biológica y de los complejos factores que la mantienen (Hunter 1991; Franklin, 1993). En resumen, ellos buscan la conservación del todo ante la imposibilidad de conocer todas sus partes.
Pero la partes son importantes también. Un ejemplo pueden ser los pumas o monos área en El Salvador. El puma tiene mucho que enseñarnos acerca de la conservación de una especie cuando su distribución esta restringida a unas pocos lugares. Las repercusión de las medidas de conservación del puma tienen un aplicación más allá de su limitada distribución, ya que se tiene que pensar en distintas escalas y distintas aproximaciones para tratar de conservar a esta especie.
En la conservación uno de los grandes dilemas es la escala. Se ha planteado que el enfoque a escala de ecosistema es la única manera de conservar la biodiversidad (Franklin, 1993). Además de la conservación a escala de paisaje nos puede garantizar la conservación de esta diversidad ecológica, así como puede integrar los distintos ecosistemas, con matrices urbanas y de desarrollo clásico. Aunque en general, la alternativa de la conservación en la escala de las especies es la más utilizada.
Otra gran estrategia de conservación es la centrada en la conservación de espacios naturales protegidos (visión de paisaje). La conservación a escala de paisaje es la primera aproximación que hubo, esto se ve reflejado en la creación de espacios naturales protegidos en Francia y Estados Unidos a finales del siglo XIX, (Galhano, 2001a). Las razones para la conservación de espacios han sido muy diversas desde la cacería, hasta la preservación paisajes emblemáticos. Solo es a partir de la conferencia de Río de Janeiro en 1992 es que se comienza a plantear, como una estrategia de conservación y de desarrollo.
La concepción de espacio natural protegido es muy variable dependiendo de las políticas de cada país o región, también es variable su grado de protección (UICN y EUROPARC, 1999). Existe también dudas sobre si la conservación a escala del territorio es el modelo adecuado para garantizar la conservación de la biodiversidad, ya que este modelo muchas veces pierde el grado fino y las medidas no llegan donde deberían de llegar (Montes del Olmo, 2003). Aunque la ventaja de este modelo es que puede integrar los diversos usos que se le dan a un territorio y eso nos plantea un desarrollo sostenible de la zona, lo cualdebiera de garantizar la conservación de las especies.
Dentro de estas buscadas de desarrollo más viable tenemos la muy distinta visión de Galhano (2001b), donde su enfoque de un mundo perfecto, es muchas veces difícil de integrar a las prácticas actuales de agricultura y de gestión del territorio. Al plantearnos cosas tan evidentes como que el hecho de cuales son las sociedades donde existe una biodiversidad total y tratar de imitar estos modelos en los casos que esta convivencia se allá mantenido. La diversidad total no significa el estado donde hay más especies distintas, tampoco significa ecosistemas donde hay depredadores, sino que significa ecosistemas-sociedades donde hay depredadores y el ser humano. Esta biodiversidad total es muy difícil de observar ya que normalmente el ser humano y sobre todo el occidental ha excluido a los grandes depredadores quedando aislados los depredadores a zonas donde casi no hay intervención humana. Para el caso de Europa casi en ningún lugar. En este mundo ideal, se controla las poblaciones de grandes herbívoros, ya que el ciclo normal de depredador presa se restablece, volviendo fuerte y menos propensas a las enfermedades a estas poblaciones, además de otro gran número de beneficios asociados a esto.
Entonces, que es lo que nos enseñan estas sociedades que viven en diversidad total. Que existen una serie de técnicas positivas de convivencia entre humanos y grandes depredadores. Estas sencillas técnicas, comportamientos etológicos, que pueden variar desde tipos distintos de vocalizaciones hasta comportamientos de su sistema productivo. Siendo las técnicas de casa el “input” más directo. Aunque no todas las sociedades que viven en diversidad total son un modelo a seguir, por ejemplo la sociedad del parque natural Montesinho, en el nordeste de Portugal (Galhano, 2001b), existen una serie de percepciones sobre el lobo y la naturaleza en general, que explican en parte el desbalance ecológico que existe en la zona, con un numero muy bajo de depredadores y unos crecientes problemas relacionados con un exceso de herbívoros salvajes. Aunque ha habido un cambio de pensamiento en la zona, todavía existen una serie de problemas asociados a estas percepciones. En cambio en sociedades como los Sariska de la india, donde conviven con el tigre de bengala, existen características asociadas a su percepción de la naturaleza y del tigre que hacen que los sistemas productivos, tengan en consideración las especies silvestres. Tienen una clara visión de cuales son los peligros reales de la selva, además de tener una visión sistémica, y que existan una serie de valores psicológicos y mítico-religiosos. Esto produce que bien aunque en esta sociedad no halla una homeostasis total, si sea una plenamente satisfactoria.
Entonces cual es la función de los espacios naturales protegidas en esta visión del mundo ideal. Pues bien como se desde cualquier punto de vista son un taller de preparación al mejor mundo posible. Son lugares concretos donde se puede practicar este mundo ideal, siendo luego polos de expansión de experiencias. Así por ejemplo, la conservación del puma en el Parque Nacional Montecrito debería de servir para expandirse a todo el municipio de Metapán. Así luego cambiando la percepción y la relación de unidireccional que existe en estos momentos. Existe una continua demanda de bienes y servicios de los espacios naturales, y casi todas las medidas de conservación van de afuera hacia adentro. Teniendo así una serie de “entradas”, pero rara vez se evalúa que es lo que sale del espacio natural, si el espacio natural es un ejemplo de cómo las sociedades tienen que convivir en esta biodiversidad total, entonces una de sus principales funciones a de ser, enseñar a esta gente que llega, cuales son los mecanismos para que funcione esta relación. Si este es el caso una necesidad fundamental en los espacios protegidos será que existan grandes depredadores y seres humanos conviviendo en los espacios naturales protegidos, para así poder aprehender ese ultra valor.
Rodrigo Samayoa Valiente es un profesional en sostenibilidad empresarial. Consultor/Speaker en Sostenibilidad ambiental y Gobernanza corporativa. Puedes encontrar más información de este tema en http://samayoavaliente.com/
El desarrollo sostenible es un balance entre la urbe y la naturaleza salvaje en su estado más puro. Y como estados interactúan entre los distintos escenarios del planeta. Haciendo un esfuerzo de abstracción podemos hablar de siete grandes escenarios o paisajes del planeta. Todos se mueven entre un eje que va desde el wilderness (Naturaleza Salvaje en su estado puro) a la gran urbe.
Cuando hablamos de wilderness no nos referimos necesariamente a un bosque, sino al punto más natural de un paisaje, puede ser un desierto, un océano o la selva, nos referimos a aquellas áreas donde no tenemos nada o casi nada de interacción con el ser humano. Es necesario preservar estas áreas, porque normalmente son fuente de biodiversidad y son ejemplos del planeta sin interacción humana. Estas áreas las deberíamos de considerar áreas núcleo donde no debería darse ningún uso.
Después de estas zonas tenemos las áreas protegidas, que son sitios casi igual a los anteriores, pero que tiene fines recreativos y educativos, son áreas donde la interacción con el ser humano es necesaria para que este regrese y se reconecte con la naturaleza. Tenemos muchos parque nacionales en el mundo que cumplen esta funcionan. Alrededor de estas tenemos las zonas de reserva o buffer zones más uso, agricultura sostenible, extracción controlada, siempre y cuando se resguarden los principios ecológicos necesarios para su sostenibilidad. En esta escenario vemos las mejores prácticas de la humanidad para tratar que el uso extractivo (siguen escenario) sea menos intenso. Pero la duda subsiste si estas prácticas agrícolas sostenibles, son suficientes para alimentar a la humanidad.
Acercándonos a la urbe están una de los escenarios más importantes, los de uso extractivo (agrícola y minero). Estas zonas nos las que alimentan a la humanidad, tanto de comida como tal, pero también de todas las materias primas que necesitan. Luego tenemos el mundo rural, esto grupos o pequeños asentamientos humanos que normalmente trabajan y viven de las zonas extractivas. En este mundo por supuesto hay que incluir las zonas costero-marinas donde habitan los recolectores primarios (pescadores). Luego tenemos el mundo suburbano, que todo aquello que gira alrededor de las ciudades que son fuente de alimento, personas o industria, según sea la necesidad. Y por último el logro por excelencia de la humanidad la Urbe. Es aquí donde se desarrollan la mayor cantidad de interacciones artificiales (originadas por la humanidad).
La sostenibilidad es encontrar este balance entre los siete escenarios del planeta. Hacemos esfuerzos por naturalizar la urbe (huertos caseros, jardines, entre otros) e impactamos la naturaleza en su estado puro con extractos de artificialidad. Solo si conseguimos que las interacciones sean en sentido positivo lograremos que siga existiendo esta nuestra casa común.
Y en nuestro país tenemos todos estos escenarios y tenemos todas estas intersecciones, ¿será que es posible lograr que caminemos más hacia la sostenibilidad? ¿Será que podemos lograr que las metas de desarrollo integren esta visión? ¿O será que la mezquindad, la falta de visión y el inmediatismo nos seguirán comiendo el mandado?
Rodrigo Samayoa Valiente es un profesional en sostenibilidad empresarial. Consultor/Speaker en Sostenibilidad ambiental y Gobernanza corporativa. Puedes encontrar más información de este tema en http://samayoavaliente.com/