Una amiga, bueno más bien una guía, me recordó que para cambiar algo hay que estar «adentro». Después de cuatro años en Fomilenio II decidí aceptar un nuevo reto. Me ha costado tomar esta decisión porque me fascinaba mi trabajo en Apuesta por Inversiones (API), me siento orgulloso de haber sido parte del equipo que logró que se comprometiera, el sector privado, a invertir 150 millones de dólares. Logramos ayudar a que se generara nueva inversión del sector transable en El Salvador. Eso significa empleo y desarrollo.

Estas inversiones son además un ejemplo de cumplimiento de estándares ambientales y sociales, mucho más allá de lo que te pide la legislación nacional. Lo mejor de todo es que no es por obligación sino por convicción. Me siento satisfecho de haber contribuido al desarrollo sostenible de El Salvador.

En el camino me he encontrado con empresarios excepcionales, comprometidos con el país, también con funcionarios públicos que no conocen horario de salida, que hacen lo imposible para no ahogarse en la burocracia y tiene una vocación de servicio público que serían la envía de cualquier gobierno. Tenemos muchas joyas en El Salvador.

Ahora, comienzo un nuevo camino, un nuevo reto con una nueva familia, este equipo cree en la sostenibilidad, de entrada me han reciben con el reto de ser carbono neutral. Esta empresa tiene un propósito, proveer empaques para un mundo mejor. Esta empresa se propone liderar desde El Salvador la nueva economía del plástico.

No hay nada que me mueva más que un reto. Así que con la convicción profunda he aceptado el reto de este nuevo trabajo. Y les digo que no descansaré para que sea una todavía mejor empresa. Vamos a construir casas de material reciclado, vamos a liderar en sostenibilidad, vamos a tener la primera eco-moneda, vamos ha impulsar más el reciclaje, vamos a innovar con materiales, vamos a crecer más el voluntariado y la cultura ambiental, vamos a soñar juntos con un El Salvador sostenible, mis amigos los invito a que se unan y soñemos juntos.